sábado, 8 de enero de 2011

Los reflejos de los recién nacidos

Los reflejos de los bebés recién nacidos son movimientos automáticos (no voluntarios) que se desencadenan por un estímulo.

Se desconoce el origen de estos reflejos, aunque algunos tienen una finalidad de protección de la especie.
Algunas investigaciones indican que el feto ya realiza este tipo de movimientos en el útero de la embarazada. Algunos, como el reflejo de succión, no maduran hasta las 36 semanas de embarazo. Esto podría explicar las dificultades que presentan los bebés prematuros a la hora de alimentarse mediante lactancia materna. En su conjunto, se cree que los reflejos intrauterinos ayudan a facilitar el paso del bebé por el canal del parto.
En los bebés recién nacidos, la mayoría de los movimientos es de tipo automático. Al madurar su sistema nervioso, los bebés adquieren poco a poco el control voluntario de sus músculos y "pierden" u "olvidan" los reflejos. En muchos casos, los reflejos del bebé recién nacido tienen una finalidad concreta, como la succión o búsqueda del pecho para alimentarse o para reforzar su desarrollo psicomotor cuando se arrastra para desplazarse. Algunos se mantienen hasta los 4 meses del bebé.
Los neonatólogos y neurólogos han descrito muchos reflejos. Detectarlos sirve para calcular de forma indirecta la edad del bebé (o su madurez), especialmente en los bebés prematuros.


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